¿Se sorprenden los hombres de que hayamos revelado a uno de ellos: «Advierte a
los hombres y anuncia a los creyentes la buena nueva de que, cuando se presenten
a su Señor, tendrán una buena posición»? Los infieles dicen: «Éste es, sí, un
mago manifiesto».
Vuestro Señor es Alá, Que ha creado los cielos y la tierra en seis días. Luego,
se ha instalado en el trono para disponerlo todo. Nadie puede interceder sin Su
permiso. ¡Ése es Alá, vuestro Señor! ¡Servidle, pues! ¿Es que no os dejaréis
amonestar?
Todos volveréis a Él. ¡Promesa de Alá, verdad! Él inicia la creación y luego la
repite, para remunerar con equidad a quienes han creído y obrado bien. En cuanto
a quienes hayan sido infieles, se les dará a beber agua muy caliente y sufrirán
un castigo doloroso por no haber creído.
Él es Quien ha hecho del sol claridad y de la luna luz, Quien ha determinado las
fases de ésta para que sepáis el número de años y el cómputo. Alá no ha creado
esto sino con un fin. Él explica los signos a gente que sabe.
Si Alá precipitara el mal sobre los hombres con la misma premura con que éstos
buscan su bienestar, habría ya llegado su fin. Dejamos, pues, a quienes no
cuentan con encontrarnos que yerren ciegos en su rebeldía.
Cuando el hombre sufre una desgracia, Nos invoca, lo mismo si está echado que si
está sentado o de pie. Pero, en cuanto le libramos de su desgracia, continúa su
camino como si no Nos hubiera invocado por la desgracia que sufría. Así es como
son engalanadas las obras de los inmoderados.
Antes de vosotros habíamos ya hecho perecer a generaciones que habían sido
impías. Sus enviados les trajeron las pruebas claras, pero no estaban para
creer. Así retribuimos al pueblo pecador.
Cuando se les recitan Nuestras aleyas como pruebas claras, quienes no cuentan
con encontrarnos dicen: «¡Tráenos otro Corán o modifica éste!» Di: «No me toca a
mí modificarlo por iniciativa propia. Lo único que hago es seguir lo que se me
ha revelado. Temo, si desobedezco a mi Señor, el castigo de un día terrible».
Di: «Si Alá hubiera querido, yo no os lo habría recitado y Él no os lo habría
dado a conocer. Antes de él, he permanecido una vida con vosotros. ¿Es que no
razonáis?»
En lugar de servir a Alá, sirven lo que no puede ni dañarles ni aprovecharles, y
dicen: «¡Éstos son nuestros intercesores ante Alá!» Di: «¿Es que pretendéis
informar a Alá de algo, en los cielos o en la tierra, que Él no sepa?» ¡Gloria a
Él! ¡Está por encima de lo que Le asocian!
La Humanidad no constituía sino una sola comunidad. Luego, discreparon entre sí
y, si no llega a ser por una palabra previa de tu Señor, ya se habría decidido
entre ellos sobre aquello en que discrepaban.
Dicen: «¡Por qué no se le ha revelado un signo procedente de su Señor?» Di,
pues: «Lo oculto pertenece sólo a Alá. ¡Esperad, pues! Yo también soy de los que
esperan».
Apenas hacemos gustar a los hombres una misericordia, después de haber sufrido
una desgracia, al punto intrigan contra Nuestros signos. Di: «¡Alá es más rápido
en intrigar!» Nuestros enviados toman nota de vuestra intriga.
Él es Quien os hace viajar por tierra o por mar. Cuando, navegando con viento
favorable, contentos con él, se levanta un viento tempestuoso, azotan las olas
por todas partes y creen llegada la hora de la muerte, invocan a Alá rindiéndole
culto sincero. «Si nos salvas de ésta, seremos, ciertamente, de los
agradecidos».
Y apenas les salva, ya en tierra, al punto se insolentan injustamente.
«¡Hombres! ¡Vuestra insolencia se volverá contra vosotros! Tendréis breve
disfrute de la vida de acá. Luego, volveréis a Nosotros y ya os informaremos de
lo que hacíais».
La vida de acá es como agua que hacemos bajar del cielo. Las plantas de la
tierra se empapan de ella y alimentan a los hombres y a los rebaños, hasta que,
cuando la tierra se ha adornado y engalanado, y creen los hombres que ya la
dominan, llega a ella Nuestra orden, de noche o de día, y la dejamos cual
rastrojo, como si, la víspera, no hubiera estado floreciente. Así explicamos los
signos a gente que reflexiona.
A quienes obren mal, se les retribuirá con otro tanto. Les cubrirá la
humillación -no tendrán quien les proteja de Alá-, como si jirones de tinieblas
nocturnas cubrieran sus rostros. Ésos morarán en el Fuego eternamente.
El día que les congreguemos a todos, diremos a los asociadores: «¡Quedaos donde
estáis, vosotros y vuestros asociados!» Les separaremos a unos de otros y sus
asocidos dirán: «¡No era a nosotros a quienes servíais!
Di: «¿Quién os procura el sustento del cielo y de la tierra? ¿Quién dispone del
oído y de la vista? ¿Quién saca al vivo del muerto y al muerto del vivo? ¿Quién
lo dispone todo? Dirán: «¡Alá!» Di, pues: «¿Y no vais a temerle?»
Di: «¿Hay alguno de vuestros asociados que inicie la creación y luego la
repita?» Di: «Alá inicia la creación y luego la repite. ¡Cómo podéis, pues, ser
tan desviados!»
Di: «¿Hay algunos de vuestros asociados que dirija a la Verdad?» Di: «Alá dirige
a la Verdad. ¿Quién tiene más derecho a ser seguido: quien dirige a la Verdad o
quien no da con la buena dirección, a menos de ser dirigido? Pero ¿qué os pasa?,
¿qué manera de juzgar es ésa?»
Este Corán no puede haberlo inventado nadie fuera de Alá. No sólo eso, sino que
viene a confirmar los mensajes anteriores y a explicar detalladamente la
Escritura , exenta de dudas, que procede del Señor del universo.
Al contrario, han desmentido lo que no abarcan en su ciencia y aquello cuya
interpretación aún no han recibido. Así desmintieron sus antecesores. ¡Y mira
cómo terminaron los impíos!
Si te desmienten, di: «Yo respondo de mis actos y vosotros de los vuestros.
Vosotros no sois responsables de lo que yo haga y yo no soy responsable de lo
que vosotros hagáis».
Y el día que les congregue, será como si no hubieran permanecido más de una hora
del día. Se reconocerán. Perderán quienes hayan desmentido el encuentro de Alá.
No fueron bien dirigidos.
Di: «Yo no tengo poder para dañarme ni para aprovecharme sino tanto cuanto Alá
quiera. Cada comunidad tiene un plazo. Cuando vence su plazo, no pueden
retrasarlo ni adelantarlo una hora».
Todo impío que poseyera cuanto hay en la tierra, lo ofrecería como rescate.
Disimularán su pena cuando vean el castigo. Se decidirá entre ellos con equidad
y no serán tratados injustamente.
¡Hombres! Habéis recibido una exhortación procedente de vuestro Señor, remedio
para los males de vuestros corazones, dirección y misericordia para los
creyentes.
Di: «¿Habéis visto el sustento que Alá ha hecho bajar para vosotros? ¿Y habéis
declarado esto lícito y aquello ilícito? ¿Es que Alá os lo ha permitido o lo
habéis inventado contra Alá?»
El día de la Resurreción ¿qué pensarán los que inventaron la mentira contra Alá?
Sí, Alá dispensa Su favor a los hombres, pero la mayoría no agradecen.
En cualquier situación en que te encuentres, cualquiera que sea el pasaje que
recites del Corán, cualquier cosa que hagáis, Nosotros somos testigos de
vosotros desde su principio. A tu Señor no se Le pasa desapercibido el peso de
un átomo en la tierra ni en el cielo. No hay nada, menor o mayor que eso, que no
esté en una Escritura clara.
¿No es, acaso, de Alá lo que está en los cielos y en la tierra? ¿Qué siguen,
pues, quienes invocan a otros asociados, en lugar de invocar a Alá? No siguen
sino conjeturas, no formulan sino hipótesis.
Él es Quien ha dispuesto para vosotros la noche para que descanséis en ella, y
el día para que podáis ver claro. Ciertamente, hay en ello signos para gente que
oye.
Dicen: «Alá ha adoptado un hijo». ¡Gloria a Él! Él es Quien Se basta a Sí mismo.
Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra. ¡No tenéis ninguna autoridad
para hablar así! ¿Decís contra Alá lo que no sabéis?
Cuéntales la historia de Noé, cuando dijo a los suyos: «¡Pueblo! Si os molesta
que esté entre vosotros y que os amoneste con los signos de Alá, yo confío en
Alá. Aunaos, pues, con vuestros asociados y no os preocupéis más. ¡Decidid,
luego, respecto a mí y no me hagáis esperar!»
Le desmintieron, pero les salvamos a él y a quienes estaban con él en la nave, y
les hicimos sucesores. Y anegamos a quienes desmintieron Nuestros signos. ¡Y
mira cómo terminaron los que habían sido advertidos!
Después de él, mandamos a otros enviados a sus pueblos, que les trajeron las
pruebas claras, pero no estaban para creer en lo que antes habían desmentido.
Así es como sellamos los corazones de los que violan la ley.
Dijeron: «¿Has venido a nosotros con objeto de apartarnos de lo que nuestros
padres seguían, para que la dominación de la tierra pase a vosotros dos? ¡No
tenemos fe en vosotros!»