'lr. He aquí una Escritura cuyas aleyas han sido hechas unívocas y, luego,
explica das detalladamente, y que procede de Uno Que es sabio, Que está bien
informado.
Y ¡que pidáis perdón a vuestro Señor y, luego, os volváis a Él! Os permitirá,
entonces, disfrutar bien por un tiempo determinado y concederá Su favor a todo
favorecido. Pero, si volvéis la espalda, temo por vosotros el castigo de un día
terrible.
Se repliegan en sí mismos para sustraerse a Él. Aunque se cubran con la ropa, Él
sabe lo que ocultan y lo que manifiestan: sabe bien lo que encierran los pechos.
Él es Quien ha creado los cielos y la tierra en seis días, teniendo Su Trono en
el agua, para probaros, para ver quién de vosotros es el que mejor se comporta.
Si dices: «Seréis resucitados después de muertos», seguro que los infieles
dicen: «Esto no es más que manifiesta magia».
Si retrasamos su castigo hasta un momento dado, seguro que dicen: «¿Qué es lo
que lo impide ?» El día que les llegue no se les alejará de él y se verán
cercados por aquello de que se burlaban.
Tú, quizás, omitirías parte de lo que se te ha revelado -y te angustias por
ello- porque dicen: «¿Por qué no se le ha enviado abajo un tesoro o le ha
acompañado un ángel?» Pero tú no eres más que un monitor. Y Alá vela por todo...
O dicen: «Él lo ha inventado». Di: «Si es verdad lo que decís, ¡traed diez suras
como él, inventadas, y llamad a quien podáis, en lugar de llamar a Alá!»
¿Es que quien se basa en una prueba clara venida de su Señor, recitada por un
testigo de Éste...? Antes de él, laEscritura de Moisés servía de guía y de
misericordia. Ésos creen en ella. Quien de los grupos no cree en ella tiene el
Fuego como lugar de cita. Tú no dudes de ella. Es la Verdad venida de tu Señor.
Pero la mayoría de los hombres no creen.
¿Hay alguien más impío que quien inventa una mentira contra Alá? Esos tales
serán conducidos ante su Señor y los testigos dirán: «Éstos son los que
mintieron contra su Señor». ¡Sí! ¡Que la maldición de Dios caiga sobre los
impíos,
Los dignatarios de su pueblo, que no creían, dijeron: «No vemos en ti más que un
mortal como nosotros y no vemos que nadie te siga sino la hez de nuestro pueblo,
que lo hace irreflexivamente. Ni vemos que gocéis de ningún privilegio sobre
nosotros. Antes bien, creemos que mentís».
Dijo: «¡Pueblo! ¿Qué os parece? Si yo me baso en una prueba clara venida de mi
Señor -que me ha hecho objeto de una misericordia venida de Él-, y que vosotros,
en vuestra ceguera, no percibís, ¿deberemos imponérosla a despecho vuestro?
¡Pueblo! No os pido hacienda a cambio -mi salario incumbe sólo a Alá- y no voy a
rechazar a quienes creen. Sí, encontrarán a su Señor. Pero veo que sois un
pueblo ignorante.
Yo no pretendo poseer los tesoros de Alá, ni conozco lo oculto, ni pretendo ser
un ángel. Yo no digo a los que vosotros despreciáis que Alá no les reserva
ningún bien. Alá conoce bien sus pensamientos. Si tal dijera, sería de los
impíos».
Y, mientras construía la nave, siempre que pasaban por allí dignatarios de su
pueblo se burlaban de él. Decía: «Si os burláis de nosotros, ya nos burlaremos
de vosotros como os burláis.
Hasta que, cuando vino Nuestra orden y el horno hirvió, dijimos: «Carga en ella
a una pareja de cada especie, a tu familia -salvo a aquél cuya suerte ha sido ya
echada- y a los creyentes»,. Pero no eran sino pocos los que con él creían.
Y navegó con ellos entre olas como montañas. Noé llamó a su hijo, que se había
quedado aparte: «¡Hijito! ¡Sube con nosotros, no te quedes con los infieles!»
Dijo: «Me refugiaré en una montaña que me proteja del agua». Dijo: «Hoy nadie
encontrará protección contra la orden de Alá, salvo aquél de quien Él se
apiade». Se interpusieron entre ambos las olas y fue de los que se ahogaron.
Y se dijo: «¡Traga, tierra, tu agua! ¡Escampa, cielo!», Y el agua fue absorbida,
se cumplió la orden y se posó en el Chudi. Y se dijo: «¡Atrás el pueblo impío!»
Dijo: «¡Noé! ¡Él no es de tu familia! ¡Es un acto incorrecto! ¡No me pidas algo
de lo que no tienes conocimiento! Te prevengo: ¡no seas de los ignorantes!»
Se dijo: «¡Noé! ¡Desembarca con paz venida de Nosotros y con bendiciones sobre
ti y las comunidades que desciendan de quienes te acompañan. Hay comunidades a
las que dejaremos que gocen por breve tiempo. Luego, les castigaremos
severamente».
Esto forma parte de las historias referentes a lo oculto que Nosotros te
revelamos. No las conocías antes tú, ni tampoco tu pueblo. ¡Ten paciencia, pues!
¡El fin es para los que temen a Alá!
Y, ¡pueblo!, ¡pedid perdón a vuestro Señor y, luego, volveos a Él! Enviará sobre
vosotros del cielo una lluvia abundante y os fortalecerá. ¡No volváis la espalda
como pecadores!»
Lo único que decimos es que uno de nuestros dioses te ha causado mal». Dijo:
«¡Pongo a Alá por testigo y sed vosotros también testigos de que soy inocente de
lo que vosotros asociáis
Si volvéis la espalda... yo ya os he comunicado aquello con que he sido enviado
a vosotros. Mi Señor hará que os suceda otro pueblo y no podréis hacerle ningún
daño. ¡Mi Señor todo lo vigila!
En la vida de acá fueron perseguidos por una maldición y también lo serán el día
de la Resurreción. ¡No! ¡Los aditas no creyeron en su Señor! ¡Sí! ¡Atrás los
aditas, pueblo de Hud!
Y a los tamudeos su hermano Salih. Dijo: «¡Pueblo! ¡Servid a Alá! No tenéis a
ningún otro dios que a Él. Él os ha creado de la tierra y os ha establecido en
ella. ¡Pedidle perdón! Luego, ¡volveos a Él! Mi Señor está cerca, escucha».
Dijeron: «¡Salih! habíamos puesto en ti hasta ahora nuestra esperanza. ¿Nos
prohíbes que sirvamos lo que servían nuestros padres? Dudamos seriamente de
aquello a que nos llamas».
Dijo: «¡Pueblo! ¿Qué os parece? Si yo me baso en una prueba clara venida de mi
Señor, Que me ha hecho objeto de una misericordia venida de Él, ¿quién me
auxiliará contra Alá si Le desobedezco? No haríais sino aumentar mi perdición.
Y, ¡pueblo!, ésa es la camella de Alá, que seá signo para vosotros. ¡Dejadla que
pazca en la tierra de Alá y no le hagáis mal! Si no, os alcanzará pronto un
castigo».
Y, cuando vino Nuestra orden, preservamos por una misericordia venida de
Nosotros a Salih y a los que con él creyeron del oprobio de aquel día. Tu Señor
es el Fuerte, el Poderoso.
«¿Te asombras de la orden de Alá?» dijeron. «¡Que la misericordia de Alá y Sus
bendiciones sean sobre vosotros, gente de la casa! ¡Es digno de ser alabado,
glorificado!»
Su pueblo, que solía antes cometer el mal, corrió a Lot, que dijo: «¡Pueblo!
¡Aquí tenéis a mis hijas. Son más puras para vosotros. ¡Temed a Alá y no me
avergoncéis en mis huéspedes! ¿No hay entre vosotros un hombre honrado?