¡Alabado sea Alá, creador de los cielos y de la tierra, Que de los ángeles ha
hecho enviados de dos, tres o cuatro alas! Añade a la creación lo que Él quiere.
Alá es omnipotente.
No hay quien pueda retener la misericordia que Alá dispensa a los hombres, ni
hay quien pueda soltar, fuera de Él, lo que Él retiene. Él es el Poderoso, el
Sabio.
¡Hombres! Recordad la gracia que Alá os ha dispensado. ¿Hay algún otro creador
distinto de Alá, que os provea del cielo y de la tierra el sustento? No hay más
dios que É. ¿Cómo podéis, pues, ser tan desviados!
¿Es que aquél cuya mala conducta ha sido engalanada y la ve como buena...? Alá
extravía a quien Él quiere y dirige a quien Él quiere. ¡No te consumas por ellos
de pesar! Alá sabe bien lo que hacen.
Alá es Quien envía los vientos y éstos levantan nubes, que Nosotros conducimos a
un país árido. Con ellas vivificamos la tierra después de muerta. Así será la
Resurrección.
Quien quiera el poder... El poder pertenece, en su totalidad, a Alá. Hacia Él se
eleva la buena palabra y Él realza la obra buena. En cambio, quienes tramen
males tendrán un castigo severo, y la trama de ésos se malogrará.
Alá os ha creado de tierra; luego, de una gota; luego, hizo de vosotros parejas.
Ninguna hembra concibe o pare sin que Él lo sepa. Nadie muere a edad avanzada o
prematura que no esté eso en una Escritura. Es cosa fácil para Alá.
No son iguales las dos grandes masas de agua: una potable, dulce, agradable de
beber; otra salobre, amarga. Pero de cada una coméis una carne fresca y obtenéis
adornos que os ponéis. Y ves que las naves las surcan. Para que busquéis Su
favor. Quizás, así, seáis agradecidos.
Hace que la noche entre en el día y que el día entre en la noche. Ha sujetado el
sol y la luna, prosiguiendo los dos su curso hacia un término fijo. Ése es Alá,
vuestro Señor. Suyo es el dominio. Los que invocáis en lugar de invocarle a Él
no pueden lo más mínimo.
Si les invocáis, no oyen vuestra súplica y, aun si la oyeran, no os escucharían.
El día de la Resurrección renegarán de que les hayáis asociado a Alá. Y nadie te
informará como Quien está bien informado.
Nadie cargará con la carga ajena. Y si alguien, abrumado por su carga, pide
ayuda a otro, no se le ayudará nada, aunque sea pariente. Tú sólo debes advertir
a los que tienen miedo de su Señor en secreto y hacen la azalá. Quien se
purifica se purifica en realidad, en provecho propio. ¡Es Alá el fin de todo!
Y si te desmienten, también sus antecesores desmintieron. Sus enviados vinieron
a ellos con las pruebas claras, con las Escrituras y con la Escritura luminosa.
¿No ves cómo ha hecho Alá bajar agua del cielo, mediante la cual hemos sacado
frutos de diferentes clases? En las montañas hay vetas de diferentes colores:
blancas, rojas y de un negro intenso.
Los hombres, bestias y rebaños son también de diferentes clases. Sólo tienen
miedo de Alá aquéllos de Sus siervos que saben. Alá es poderoso, indulgente.
Quienes recitan la Escritura de Alá, hacen la azalá y dan limosna, en secreto o
en público, de lo que les hemos proveído, pueden esperar una ganancia
imperecedera,
Lo que de la Escritura te hemos revelado es la Verdad, en confirmación de los
mensajes anteriores. Sí, Alá está bien informado de Sus siervos, los ve bien.
Luego, hemos dado en herencia la Escritura a aquéllos de Nuestros siervos que
hemos elegido. Algunos de ellos son injustos consigo mismos; otros, siguen una
vía media; otros, aventajan en el bien obrar, con permiso de Alá. Ése es el gran
favor.
Los infieles, en cambio, sufrirán el fuego de la gehena. Agonizarán sin acabar
de morir y no se les aliviará su castigo. Así retribuimos a todo desagradecido.
Gritarán allí: «¡Señor! ¡Sácanos y obraremos bien, no como solíamos hacer!».
«¿Es que no os dimos una vida suficientemente larga como para que se dejara
amonestar quien quisiera? El monitor vino a vosotros... ¡Gustad, pues! Los
impíos no tendrán quien les auxilie».
Él es Quien os ha hecho sucesores en la tierra. Quien no crea, sufrirá las
consecuencias de su incredulidad. La incredulidad servirá sólo para hacer a los
infieles más aborrecibles ante su Señor. La incredulidad servirá sólo para
perder más a los infieles.
Di: «¿Veis a vuestros asociados, a los que invocáis en lugar de invocar a Alá?
Mostradme qué han creado de la tierra o si tienen participación en los cielos. O
¿les hemos dado una Escritura, en cuya prueba clara puedan basarse?» ¡No! Las
promesas que los impíos se hacen mutuamente no son sino falacias.
Alá sostiene los cielos y la tierra para que no se desplomen. Si se desplomaran
no habría nadie, fuera de Él, que pudiera sostenerlos. Es benigno, indulgente.
Juraron solemnemente por Alá que, si venía un monitor a ellos, iban a ser
dirigidos mejor que ninguna otra comunidad. Y, cuando ha venido a ellos un
monitor, esto no ha hecho sino acrecentar su repulsa,
portándose altivamente en la tierra y tramando maldad. Pero el tramar maldad no
recae sino en sus propios autores. ¿Es que esperan una suerte diferente de la
que cupo a los antiguos? Pues encontrarás la práctica de Alá irreemplazable, y
encontrarás la práctica de Alá inmutable.
¿No han ido por la tierra y mirado cómo terminaron sus antecesores, aun siendo
más poderosos? Nada, ni en los cielos ni en la tierra, puede escapar a Él. Es
omnisciente, omnipotente.
Si Alá diera a los hombres su merecido, no dejaría ningún ser vivo sobre su
superficie. Remite, sin embargo, su castigo a un plazo fijo. Y cuando vence su
plazo... Alá ve bien a Sus siervos.