¡Hombres! ¡Temed a vuestro Señor, Que os ha creado de una sola persona, de la
que ha creado a su cónyuge, y de los que ha diseminado un gran número de hombres
y de mujeres! ¡Temed a Alá, en Cuyo nombre os pedís cosas, y respetad la
consanguinidad! Alá siempre os observa.
Dad a los huérfanos los bienes que les pertenecen. No sustituyáis lo malo por lo
bueno. No consumáis su hacienda agregándola a la vuestra. Sería un gran pecado.
Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres
que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero. si teméis no obrar con justicia,
entonces con una sola o con vuestras esclavas. Así, evitaréis mejor el obrar
mal.
Tantead a los huérfanos hasta que alcancen la nubilidad, Cuando los creáis ya
maduros, pasadles su hacienda. No la consumáis pródiga y prematuramente antes de
que alcancen la mayoría de edad. El rico, que no se aproveche. El pobre, que
gaste como es debido. Cuando les entreguéis su hacienda, requerid la presencia
de testigos. Alá basta para ajustar cuentas...
Sea para los hombres una parte de lo que los padres y parientes más cercanos
dejen; y para las mujeres una parte de lo que los padres y parientes más
cercanos dejen. Poco o mucho, es una parte determinada.
Alá os ordena lo siguiente en lo que toca a vuestros hijos: que la porción del
varón equivalga a la de dos hembras. Si éstas son más de dos, les corresponderán
dos tercios de la herencia. Si es hija única. la mitad. A cada uno de los padres
le corresponderá un sexto de la herencia, si deja hijos; pero, si no tiene hijos
y le heredan sólo sus padres, un tercio es para la madre. Si tiene hermanos, un
sexto es para la madre. Esto, luego de satisfacer sus legados o deudas. De
vuestros ascendientes o descendientes no sabéis quiénes os son más útiles. Ésta
es obligación de Alá. Alá es omnisciente, sabio.
A vosotros os corresponde la mitad de lo que dejen vuestras esposas si no tienen
hijos. Si tienen, os corresponde un cuarto. Esto, luego de satisfacer sus
legados o deudas. Si no tenéis hijos, a ellas les corresponde un cuarto de lo
que dejéis. Si tenéis, un octavo de lo que dejéis. Esto. luego de satisfacer
vuestros legados o deudas. Si los herederos de un hombre o de una mujer son
parientes colaterales y le sobrevive un hermano o una hermana, entonces, les
corresponde, a cada uno de los dos, un sexto. Si son más, participarán del
tercio de la herencia, luego de satisfacer los legados o deudas, sin dañar a
nadie. Ésta es disposición de Alá. Alá es omnisciente, benigno.
Éstas son las leyes de Alá. A quien obedezca a Alá y a Su Enviado, Él le
introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán
eternamente. ¡Éste es el éxito grandioso!
.Llamad a cuatro testigos de vosotros contra aquéllas de vuestras mujeres que
cometan deshonestidad. Si atestiguan, recluidlas en casa hasta que mueran o
hasta que Alá les procure una salida.
Si dos de los vuestros la cometen, castigad a ambos severamente. Pero, si se
arrepienten y enmiendan, dejadles en paz. Alá es indulgente, misericordioso.
Que no espere perdón quien sigue obrando mal hasta que, en el artículo de la
muerte, dice: «Ahora me arrepiento». Ni tampoco quienes mueren siendo infieles.
A éstos les hemos preparado un castigo doloroso.
¡Creyentes! No es lícito recibir en herencia a mujeres contra su voluntad, ni
impedirles que vuelvan a casarse para quitarles parte de lo que les habíais
dado, a menos que sean culpables de deshonestidad manifiesta. Comportaos con
ellas como es debido. Y si os resultan antipáticas, puede que Alá haya puesto
mucho bien en el objeto de vuestra antipatía.
Y si queréis cambiar de esposa y le habíais dado a una de ellas un quintal, no
volváis a tomar nada de él. ¿Ibáis a tomarlo con infamia y pecado manifiesto?
En adelante, os están prohibidas vuestras madres, vuestras hijas, vuestras
hermanas, vuestras tías paternas o maternas, vuestras sobrinas por parte de
hermano o de hermana, vuestras madres de leche, vuestras hermanas de leche, las
madres de vuestras mujeres, vuestras hijastras que están bajo vuestra tutela,
nacidas de mujeres vuestras con las que habéis consumado el matrimonio -si no,
no hay culpa-, las esposas de vuestros propios hijos, así como casaros con dos
hermanas a un tiempo. Alá es indulgente, misericordioso.
Y las mujeres casadas, a menos que sean esclavas vuestras. ¡Mandato de Alá! Os
están permitidas todas las otras mujeres, con tal que las busquéis con vuestra
hacienda, con intención de casaros, no por fornicar. Retribuid, como cosa
debida, a aquéllas de quienes habéis gozado como esposas. No hay inconveniente
en que decidáis algo de común acuerdo después de cumplir con lo debido. Alá es
omnisciente, sabio.
Quien de vosotros no disponga de los medios necesarios para casarse con mujeres
libres creyentes, que tome mujer de entre vuestras jóvenes esclavas creyentes.
Alá conoce bien vuestra fe. Salís los unos de los otros. Casaos con ellas con
permiso de sus amos y dadles la dote conforme al uso, como a mujeres honestas,
no como a fornicadoras o como a amantes. Si estas mujeres se casan y cometen una
deshonestidad, sufrirán la mitad del castigo que las mujeres libres. Esto va
dirigido a aquéllos de vosotros que tengan miedo de caer en pecado. Sin embargo,
es mejor para vosotros que tengáis paciencia. Alá es indulgente, misericordioso.
¡Creyentes! No os devoréis la hacienda injustamente unos a otros. Es diferente
si comerciáis de común acuerdo. No os matéis unos a otros. Alá es misericordioso
con vosotros.
No codiciéis aquello por lo que Alá ha preferido a unos de vosotros más que a
otros. Los hombres tendrán parte según sus méritos y las mujeres también. Pedid
a Alá de Su favor. Alá es omnisciente.
Hemos designado para todos herederos legales de lo que dejen: los padres, los
parientes más cercanos, los unidos a vosotros por juramento. Dadles su parte.
Alá es testigo de todo.
Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que
Alá ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres
virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda
que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas
solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es
excelso, grande.
Si teméis una ruptura entre los esposos, nombrad un árbitro de la familia de él
y otro de la de ella. Si desean reconciliarse, Alá hará que lleguen a un
acuerdo. Alá es omnisciente, está bien informado.
¡Servid a Alá y no Le asociéis nada! ¡Sed buenos con vuestros padres, parientes,
huérfanos, pobres, vecinos -parientes y no parientes-, el compañero de viaje, el
viajero y vuestros esclavos! Alá no ama al presumido, al jactancioso,
a los avaros y a los que empujan a otros a ser avaros, a los que ocultan el
favor que Alá les ha dispensado, -hemos preparado para los infieles un castigo
humillante-.
a los que gastan su hacienda para ser vistos de los hombres, sin creer en Alá ni
en el último Día. Y si alguien tiene por compañero al Demonio, mal compañero
tiene...
¿Qué les habría costado haber creído en Alá y en el último Día y haber gastado
en limosnas parte de aquello de que Alá les ha proveído? Alá les conoce bien.
¡Creyentes! No os acerquéis ebrios a la azalá. Esperad a que estéis en
condiciones de saber lo que decís. No vayáis impuros -a no ser que estéis de
viaje- hasta que os hayáis lavado. Y si estáis enfermos o de viaje, si viene uno
de vosotros de hacer sus necesidades, o habéis tenido contacto con mujeres y no
encontráis agua, recurrid a arena limpia y pasadla por el rostro y por las
manos. Alá es perdonador, indulgente.
Algunos judíos alteran el sentido de las palabras y dicen: «Oímos y
desobedecemos... ¡Escucha, sin que se pueda oír! ¡Raina!», trabucando con sus
lenguas y atacando la Religión. Si dijeran: «Oímos y obedecemos...¡Escucha!
¡Unzurna!», sería mejor para ellos y más correcto. Pero Alá les ha maldecido por
su incredulidad. Creen, pero poco.
Vosotros, los que habéis recibido la Escritura, ¡creed en lo que hemos revelado,
en confirmación de lo que ya poseíais, antes de que borremos los rasgos de los
rostros, antes de que los pongamos del revés o les maldigamos como maldijimos a
los del sábado! ¡La orden de Alá se cumple!
¿No has visto a quienes han recibido una porción de la Escritura ? Creen en el
chibt y en los taguts y dicen de los infieles: «Éstos están mejor dirigidos que
los creyentes».
¿Envidiarán a la gente por el favor que Alá les ha dispensado? Hemos dado a la
familia de Abraham la Escritura y la Sabiduría. les hemos dado un dominio
inmenso.
A quienes no crean en Nuestros signos les arrojaremos a un Fuego. Siempre que se
les consuma la piel, se la repondremos, para que gusten el castigo. Alá es
poderoso, sabio.
A quienes crean y obren bien, les introduciremos en jardines por cuyos bajos
fluyen arroyos, en los que estarán eternamente, para siempre. Allí tendrán
esposas purificadas y haremos que les dé una sombra espesa.
Alá os ordena que restituyáis los depósitos a sus propietarios y que cuando
decidáis entre los hombres lo hagáis con justicia. ¡Qué bueno es aquello a que
Alá os exhorta! Alá todo lo oye, todo lo ve.
¡Creyentes! Obedeced a Alá, obedeced al Enviado y a aquéllos de vosotros que
tengan autoridad. Y, si discutís por í algo, referidlo a Alá y al Enviado, si es
que créis en Alá y en el último Día. Es lo mejor y la solución más apropiada.
¿No has visto a quienes pretenden creer en lo que se te ha revelado a ti y en lo
que se ha revelado antes de ti? Quieren recurrir al arbitraje de los taguts, a
pesar de que se les ha ordenado no creer en ellos. El Demonio quiere
extraviarles profundamente.
¿Qué harán, entonces, cuando les aflija una desgracia por lo que ellos mismos
han cometido y vengan a ti, jurando por Alá: «No queríamos sino hacer bien y
ayudar»?
Esos tales son aquéllos de quienes Alá conoce lo que encierran sus corazones
¡Apártate de ellos, amonéstales, diles palabras persuasivas que se apliquen a su
caso!
No hemos mandado a ningún Enviado sino para, con permiso de Alá, ser obedecido.
Si, cuando fueron injustos consigo mismos, hubieran venido a ti y pedido el
perdón de Alá, y si el Enviado hubiera también pedido el perdón por ellos,
habrían encontrado a Alá indulgente, misericordioso.
Pero ¡no, por tu Señor! No creerán hasta que te hayan hecho juez de su disputa;
entonces, ya no encontrarán en sí mismos dificultad en aceptar tu decisión y se
adherirán plenamente.
Si les hubiéramos prescrito: «¡Mataos unos a otros!» o «¡Salid de vuestros
hogares!», no lo habrían hecho, salvo unos pocos de ellos. Pero, si se hubieran
conformado a las exhortaciones recibidas, habría sido mejor para ellos y habrían
salido más fortalecidos.
Pero, si Alá os favorece, seguro que, dice, como si no existiera ninguna amistad
entre vosotros y él: «¡Ojalá hubiera estado con ellos, habría obtenido un éxito
grandioso!»
¡Que quienes cambian la vida de acá por la otra combatan por Alá! A quien.
combatiendo por Alá, sea muerto o salga victorioso, le daremos una magnífica
recompensa.
¿Por qué no queréis combatir por Alá y por los oprimidos -hombres, mujeres y
niños que dicen: «¡Señor! ¡Sácanos de esta ciudad, de impíos habitantes! ¡Danos
un amigo designado por Ti! ¡Danos un auxiliar designado por tí!»?
Quienes creen, combaten por Alá. Quienes no creen, combaten por los taguts.
Combatid, pues, contra los amigos del Demonio. ¡Las artimañas del Demonio son
débiles!
¿No has visto a aquéllos a quienes se dijo: «¡Deponed las armas! ¡Haced la azalá
y dad el azaque!»? Cuando se les prescribe el combate, algunos de ellos tienen
tanto miedo de los hombres como deberían tener de Alá, o aún más, y dicen:
«¡Señor! ¿Por qué nos has ordenado combatir? Si nos dejaras para un poco más
tarde...» Di: «El breve disfrute de la vida de acá es mezquino. La otra vida es
mejor para quien teme a Alá. No se os tratará injustamente en lo más mínimo».
Dondequiera que os encontréis, la muerte os alcanzará, aun si estáis en torres
elevadas. Si les sucede un bien, dicen: «Esto viene de Alá». Pero, si es un mal,
dicen: «Esto viene de ti». Di: «Todo viene de Alá». Pero ¿qué tienen éstos, que
apenas comprenden lo que se les dice?
Y dicen: «¡Obediencia! Pero, cuando salen de tu presencia, algunos traman de
noche hacer otra cosa diferente de lo que tú dices. Alá toma nota de lo que
traman de noche. ¡Apártate, pues, de ellos y confía en Alá! ¡Alá basta como
protector!
Cuando se enteran de algo referente a la seguridad o al temor, lo difunden. Si
lo hubieran referido al Enviado y a quienes de ellos tienen autoridad, los que
deseaban averiguar la verdad habrían sabido si dar crédito o no. Si no llega a
ser por el favor que de Alá habéis recibido y por Su misericordia, habríais
seguido casi todos al Demonio.
¡Combate, pues, por Alá! Sólo de ti eres responsable. ¡Anima a los creyentes!
Puede que Alá contenga el ímpetu de los infieles. Alá dispone de más violencia y
es más terrible en castigar.
¿Por qué vais a dividiros en dos partidos a propósito de los hipócritas? Alá les
ha rechazado ya por lo que han hecho. ¿Es que queréis dirigir a quien Alá ha
extraviado? No encontrarás camino para aquél a quien Alá extravía.
Querrían que, como ellos, no creyerais, para ser iguales que ellos. No hagáis,
pues, amigos entre ellos hasta que hayan emigrado por Alá. Si cambian de
propósito, apoderaos de ellos y matadles donde les encontréis. No aceptéis su
amistad ni auxilio,
a menos que sean aliados de gente con la que os una un pacto, o que vengan a
vosotros con el ánimo oprimido por tener que combatir contra vosotros o contra
su propia gente. Si Alá hubiera querido, les habría dado poder sobre vosotros y
habrían combatido contra vosotros. Si se mantienen aparte, si no combaten contra
vosotros y os ofrecen someterse, entonces no tendréis justificación ante Alá
contra ellos.
Hallaréis a otros que desean vivir en paz con vosotros y con su propia gente.
Siempre que se les invita a la apostasía, caen en ella. Si no se mantienen
aparte, si no os ofrecen someterse, si no deponen las armas, apoderaos de ellos
y matadles donde deis con ellos. Os hemos dado pleno poder sobre ellos.
Un creyente no puede matar a otro creyente, a menos que sea por error. Y quien
mate a un creyente por error deberá manumitir a un esclavo creyente y pagar el
precio de sangre a la familia de la víctima, a menos que ella renuncie al mismo
como limosna. Y si la víctima era creyente y pertenecía a gente enemiga vuestra,
deberá manumitir a un esclavo creyente. Pero, si pertenecía a gente con la que
os une un pacto, el precio de sangre debe pagarse a la familia de la víctima,
aparte de la manumisión de un esclavo creyente. Y quien no disponga de medios,
ayunará dos meses consecutivos, como expiación impuesta por Alá. Alá es
omniscente, sabio.
Y quien mate a un creyente premeditadamente, tendrá la gehena como retribución,
eternamente. Alá se irritará con él, le maldecirá y le preparará un castigo
terrible.
¡Creyentes! cuando acudáis a combatir por Alá, cuidado no digáis al primero que
os salude: «¡Tú no eres creyente!», buscando los bienes de la vida de acá. Alá
ofrece abundantes ocasiones de obtener botín. Vosotros también erais así antes s
Alá os agració! ¡Cuidado, pues, que Alá está bien informado de lo que hacéis!
Los creyentes que se quedan en casa, sin estar impedidos, no son iguales que los
que combaten por Alá con su hacienda y sus personas. Alá ha puesto a los que
combaten con su hacienda y sus personas un grado por encima de los que se quedan
en casa. A todos, sin embargo, ha prometido Alá lo mejor, pero Alá ha
distinguido a los combatientes por encima de quienes se quedan en casa con una
magnífica recompensa,
Los ángeles dirán a aquéllos a quienes llamen y que han sido injustos consigo
mismos: «Cuál era vuestra situación?» Dirán: «Éramos oprimidos en la tierra».
Dirán: «¿Es que la tierra de Alá no era vasta como para que pudierais emigrar?»
Esos tales tendrán la gehena como morada. ¡;Mal fin...!
Quien emigre por Alá, encontrará en la tierra mucho refugio y espacio. La
recompensa de aquél a quien sorprenda la muerte, después de dejar su casa para
emigrar a Alá y a Su enviado, incumbe a Alá. Alá es indulgente, misericordioso.
Cuando estéis de viaje, no hay incoveniente en que abreviéis la azalá, si teméis
un ataque de los infieles. Los infieles son para vosotros un enemigo declarado.
Cuando estés con ellos y les dirijas la azalá, que un grupo se mantenga de pie a
tu lado, arma en mano. Cuando se hayan prosternado, que vayan atrás y que otro
grupo que aún no haya orado venga y ore contigo. ¡Que tengan cuidado y no dejen
las armas de la mano! Los infieles querrían que descuidarais vuestras armas e
impedimenta para echarse de improviso sobre vosotros. No hay inconveniente en
que dejéis a un lado las armas si la lluvia os molesta o estáis enfermos, pero
¡tened cuidado! Alá ha preparado un castigo humillante para los infieles.
Cuando hayáis terminado la azalá recordad a Alá de pie, sentados o echados. Y,
si os sentís tranquilos, haced la azalá. La azalá se ha prescrito a los
creyentes en tiempos determinados.
No dejéis de perseguir a esa gente. Si os cuesta, también a ellos, como a
vosotros, les cuesta, pero vosotros esperáis de Alá lo que ellos no esperan. Alá
es omnisciente, sabio.
Se esconden de los hombres, pero no pueden esconderse de Alá, Que está presente
cuando traman de noche algo que no Le satisface. Alá abarca todo lo que hacen.
¡Mirad cómo sois! Discutís en favor de ellos en la vida de acá, pero ¿quién va a
defenderles contra Alá el día de la Resurrección? ¿Quién será entonces su
protector?
Si no llega a ser por el favor de Alá en ti y por Su misericordia, algunos de
ellos habrían preferido extraviarte. Pero sólo se extravían a sí mismos y no
pueden, en modo alguno, dañarte. Alá te ha revelado la Escritura y la Sabiduría
y te ha enseñado lo que no sabías. El favor de Alá en ti es inmenso.
En muchos de sus conciliábulos no hay bien, salvo cuando uno ordena la limosna,
lo reconocido como bueno o la , reconciliación entre los hombres. A quien haga
esto por deseo de agradar a Alá, le daremos una magnífica recompensa.
A quien se separe del Enviado después de habérsele manifestado claramente la
Dirección y siga un camino diferente del de los creyentes, le abandonaremos en
la medida que él abandone y le arrojaremos a la gehena. ¡Mal fin...!