No hemos creado sino con un fin los cielos, la tierra y lo que entre ellos está,
y por un período determinado. Pero los infieles se desvían de las advertencias
que se les han dirigido.
Di: «¿Qué os parece lo que invocáis en lugar de invocar a Alá? ¡Mostradme qué
han creado de la tierra o si tienen participación en los cielos! Si es verdad lo
que decís, ¡traedme una Escritura anterior a ésta o un rastro de conocimiento!»
¿Hay alguien que esté más extraviado que quien, en lugar de invocar a Alá,
invoca a quienes no van a escucharle hasta el día de la Resurrección,
indiferentes a sus invocaciones,
O dicen: «Él lo ha inventado». Di: «Si yo lo he inventado, no podéis hacer nada
por mí contra Alá. Él sabe bien lo que divulgáis a este propósito. Basta Él como
testigo entre yo y vosotros. Él es el Indulgente, el Misericordioso».
Di: «Yo no soy el primero de los enviados. Y no sé lo que será de mí, ni lo que
será de vosotros. No hago más que seguir lo que se me ha revelado. Yo no soy más
que un monitor que habla claro».
Di: «¿Qué os parece? Si procede de Alá y vosotros no creéis en él, mientras que
un testigo de entre los Hijos de Israel atestigua su conformidad y cree, en
tanto que vosotros sois altivos... Alá no dirige a la gente impía».
Los infieles dicen de los creyentes: «Si hubiera sido algo bueno, no se nos
habrían adelantado en ello». Y, como no son dirigidos por él, dicen: «¡Es una
vieja mentira!»
Antes de él, la Escritura de Moisés servía de guía y de misericordia. Y ésta es
una Escritura que confirma, en lengua árabe, para advertir a los impíos y
anunciar la buena nueva a quienes hacen el bien.
Hemos ordenado al hombre que se porte bien con sus padres. Su madre le llevó con
molestia y con molestia le dio a luz. El embarazo y la lactancia duran treinta
meses. Hasta que, al alcanzar la madurez y cumplir cuarenta años, dice: «¡Señor!
Permíteme que Te agradezca la gracia que nos has dispensado, a mí y a mis
padres, y que haga obras buenas que Te plazcan! ¡Dame una descendencia próspera!
Me vuelvo a Ti. Soy de los que se someten a Ti».
Éstos son aquéllos de cuyas obras aceptaremos lo mejor y pasaremos por alto sus
malas obras. Estarán entre los moradores del Jardín, promesa de verdad que se
les hizo.
En cambio, quien diga a sus padres -mientras éstos imploran a Alá y dicen: «¡Ay
de ti! ¡Cree! ¡Lo que Alá promete es verdad!»-: «¡Uf! ¿Vais a prometerme que me
sacarán, cuando han pasado tantas generaciones anteriores a mí?» y diga: «Éstas
no son sino patrañas de los antiguos»,
El día que los infieles sean expuestos al Fuego: «Disipasteis vuestros bienes en
vuestra vida de acá y gozasteis de ellos. Hoy se os va a retribuir con un
castigo degradante por haberos conducido altivamente en la tierra sin razón y
por haber sido perversos».
Y recuerda al hermano de los aditas, que advirtió a su pueblo en al- Ahqaf -y
hubo otras advertencias antes y después de él-. «¡No sirváis sino a Alá! Temo
por vosotros el castigo de un día terrible».
Cuando lo vieron como una nube que se dirigía a sus valles, dijeron: «Es una
nube que nos trae la lluvia». «¡No! Es más bien aquello cuya venida reclamabais,
un viento que encierra un castigo doloroso,
Les habíamos dado un poderío como no os hemos dado a vosotros. Les habíamos dado
oído, vista, intelecto. Pero ni el oído, ni la vista, ni el intelecto les
sirvieron de nada, pues negaron los signos de Alá. Y les cercó aquello de que se
burlaban.
¿Por qué no les auxiliaron aquéllos a los que, en lugar de tomar a Alá, habían
tomado como dioses para que les acercaran? Al contrario, les abandonaron. Ésa
fue su mentira y su invención.
Y cuando te llevamos un grupo de genios para que escucharan la Recitación.
Cuando estaban presentes a ella, dijeron: «¡Callad!» Y, cuando se terminó,
regresaron a los suyos para advertirles.
Dijeron: «¡Pueblo! Hemos oído una Escritura revelada después de Moisés, en
confirmación de los mensajes anteriores, que dirige a la Verdad y a una vía
recta».
¿No han visto que Alá, Que ha creado los cielos y la tierra sin cansarse por
ello, es capaz de devolver la vida a los muertos? Pues sí, es omnipotente.
El día que los infieles sean expuestos al Fuego: «¿No es esto la Verdad?» Dirán:
«¡Claro que sí, por nuestro Señor!» Dirá: «¡Gustad, pues, el castigo debido a
vuestra incredulidad!»
Ten, pues, paciencia, como la tuvieron otros enviados resueltos. Y no reclames
para ellos el adelantamiento. El día que vean aquello con que se les amenaza,
les parecerá no haber permanecido más de una hora de día. Éste es un comunicado.
Y ¿quién será destruido sino el pueblo perverso?