Te preguntan por el botín. Di: «El botín pertenece a Alá y al Enviado». ¡Temed,
pues, a Alá! ¡Manteneos en paz! ¡Obedeced a Alá y a Su Enviado si sois
creyentes!
Son creyentes sólo aquéllos cuyos corazones tiemblan a la mención de Alá, que,
cuando se les recitan Sus aleyas, éstas aumentan su fe, que confían en su Señor,
Y cuando Alá os prometió que uno de los dos grupos caería en vuestro poder y
deseasteis que fuera el inerme, cuando lo que Alá quería era hacer triunfar la
Verdad con Sus palabras y extirpar a los infieles,
Alá no lo hizo sino como buena nueva y para que se tranquilizaran vuestros
corazones con ello. La victoria no viene sino de Alá. Alá es poderoso, sabio.
Cuando hizo que os entrara sueño, para daros sensación de seguridad venida de
Él, e hizo que bajara del cielo agua para purificaros con ella y alejar la
mancha del Demonio, para reanimaros y afirmar así vuestros pasos.
Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad,
pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quiens no crean.
¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!»
Quien ese día les vuelva la espalda -a menos que sea que se destaque para acudir
a otro combate o para incorporarse a otra tropa- incurrirá en la ira de Alá y
tendrá la gehena por morada. ¡Qué mal fin...!
No erais vosotros quienes les mataban, era Alá Quien les mataba. Cuando tirabas,
no eras tú quien tiraba, era Alá Quien tiraba, para hacer experimentar a los
creyentes un favor venido de Él. Alá todo lo oye, todo lo sabe.
«Si buscáis un fallo, ahí lo tenéis. Más os valdría renunciar a vuestra
hostilidad. Y, si reanudáis la lucha, Nosotros también la reanudaremos y
vuestras huestes no os servirán de nada, por numerosas que sean. ¡Alá está con
los creyentes!»
¡Creyentes! ¡Escuchad a Alá y al Enviado cuando éste os llama a algo que os da
la vida! ¡Sabed que Alá se interpone entre el hombre y su corazón y que seréis
congregados hacia Él!
¡Y recordad cuando erais pocos, oprimidos en el país, temerosos de que la gente
os capturara! Entonces, os procuró refugio, os fortaleció con Su auxilio y os
proveyó de cosas buenas. Quizás, así, fuerais agradecidos.
Y cuando los infieles intrigaban contra ti para capturarte, matarte o
expulsarte. Intrigaban ellos e intrigaba Alá, pero Alá es el Mejor de los que
intrigan.
Y cuando se les recitaban Nuestras aleyas, decían: «¡Ya hemos oído! Si
quisiéramos, diríamos algo parecido. Éstas no son sino patrañas de los
antiguos».
Y ¿por qué no va Alá a castigarles, si apartan de la Mezquita Sagrada? Ni
tampoco son amigos de Él. Sólo son amigos Suyos los que Le temen, pero la
mayoría no saben.
Los infieles gastan su hacienda en desviar a otros del camino de Alá. La
gastarán y, después, se lamentarán. Luego, serán vencidos. Y los infieles serán
congregados hacia la gehena.
para que Alá distinga al malo del bueno, coloque a los malos unos encima de
otros, los amontone a todos y los eche a la gehena. Ésos serán los que pierdan.
Sabed que, si obtenéis algún botín un quinto corresponde a Alá, al Enviado y a
sus parientes, a los huérfanos, a los pobres y al viajero, si creéis en Alá y en
lo que hemos revelado a Nuestro siervo el día del Criterio, el día que se
encontraron los dos ejércitos. Alá es omnipotente.
Cuando estabais en la ladera más próxima y ellos en la más lejana, mientras que
la caravana estaba más baja que vosotros. Si hubierais intentado daros cita, no
os habríais puesto de acuerdo sobre ella, pero para que Alá decidiera algo que
debía hacerse. Para que, ante una prueba clara, pereciera quien debía perecer y,
ante una prueba clara, sobreviviera quien debía sobrevivir. Alá todo lo oye,
todo lo sabe.
Cuando, en tu sueño, Alá te los mostró poco numerosos; que, si te los hubiera
mostrado numerosos, os habríais desanimado y habríais discutido sobre el
particular, pero Alá os preservó. Él sabe bien lo que encierran los pechos.
Y cuando Alá, al iniciarse el encuentro, os los mostró poco numerosos a vuestros
ojos, igual que os empequeñeció a sus ojos, para que Alá decidiera algo que
debía hacerse. Y todo será devuelto a Alá.
Y cuando el Demonio engalanó sus obras y dijo: «¡Nadie podrá venceros hoy, yo os
protejo!» Pero, cuando las dos tropas se divisaron, dio media vuelta y dijo: «Yo
no soy responsable de vosotros. Veo lo que vosotros no veis. Temo a Alá. Alá
castiga severamente».
Si pudieras ver cuando los ángeles llamen a los que no han creído, golpeándoles
en el rostro y en la espalda. Y: «¡Gustad el castigo del fuego de la gehena
Como ocurrió a la gente de Faraón y a los que les precedieron: no creyeron en
los signos de Alá y Alá les castigó por sus pecados. Alá es fuerte, castiga
severamente.
Como ocurrió a la gente de Faraón y a los que les precedieron: desmintieron los
signos de su Señor y les hicimos perecer por sus pecados. Anegamos a la gente de
Faraón: todos eran impíos.
¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para
amedrentar al enemigo de Alá y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis
pero que Alá conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Alá os será
devuelta, sin que seáis tratados injustamente.
cuyos corazones Él ha reconciliado. Tú, aunque hubieras gastado todo cuanto hay
en la tierra, no habrías sido capaz de reconciliar sus corazones. Alá, en
cambio, los ha reconciliado. Es poderoso, sabio.
¡Profeta! ¡Anima a los creyentes al combate! Si hay entre vosotros veinte
hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si cien, vencerán a mil infieles, pues
éstos son gente que no comprende.
Ahora, Alá os ha aliviado. Sabe que sois débiles. Si hay entre vosotros cien
hombres tenaces, vencerán a docientos. Y si mil, vencerán a dos mil, con permiso
de Alá. Alá está con los tenaces.
No está bien que un profeta tenga cautivos mientras no someta en la tierra.
Vosotros queréis lo que la vida de acá ofrece, en tanto que Alá quiere la otra
vida. Alá es poderoso, sabio.
¡Profeta! Di a los cautivos que tengáis en vuestro poder: «Si Alá encuentra bien
en vuestros corazones, os dará algo mejor de lo que se os ha quitado y os
perdonará. Alá es indulgente, misericordioso».
Los creyentes que emigraron y combatieron con su hacienda y sus personas por la
causa de Alá y los que les dieron refugio y auxilio, ésos son amigos unos de
otros. Los creyentes que no emigraron no serán nada amigos hasta tanto que
emigren. Si os piden que les auxiliéis en nombre de la religión, debéis
auxiliarles, a menos que se trate de ir contra gente con la que os una un pacto.
Alá ve bien lo que hacéis.
Los creyentes que emigraron y lucharon por Alá, y quienes les dieron refugio y
auxilio, ésos son los creyentes de verdad. Tendrán perdón y generoso sustento.
Quienes, después, creyeron, emigraron y combatieron con vosotros, ésos son de
los vuestros. Con todo, y según la Escritura de Alá, los unidos por lazos de
consanguinidad están más cerca unos de otros. Alá es omnisciente.