Y dicen: «Una envoltura oculta a nuestros corazones aquello a que nos llamas,
nuestros oídos padecen sordera, un velo nos separa de ti. ¡Haz, pues, lo que
juzgues oportuno, que nosotros haremos también lo que juzguemos oportuno!»
Di: «Yo soy sólo un mortal como vosotros, a quien se ha revelado que vuestro
Dios es un Dios Uno. ¡Id, pues, derechos a Él y pedidle perdón! ¡Ay de los
asociadores,
«Decretó que fueran siete cielos, en dos días, e inspiró a cada cielo su
cometido. Hemos engalanado el cielo más bajo con luminares, como protección. Tal
es la decisión del Poderoso, del Omnisciente».
Cuando vinieron a ellos los enviados antes y después. «¡No sirváis sino a Alá!»
Dijeron: «Si nuestro Señor hubiera querido, habría enviado de lo alto a ángeles.
No creemos en vuestro mensaje».
En cuanto a los aditas, sin razón, se condujeron en el país altivamente y
dijeron: «¿Hay alguien más fuerte que nosotros?» ¿No veían que Alá, Que les
había creado, era más fuerte que ellos? Pero negaron Nuestros signos.
Enviamos contra ellos un viento, glacial en días nefastos, para hacerles gustar
el castigo de la ignominia en la vida de acá. Pero el castigo de la otra vida es
aún más ignominioso y no serán auxiliados.
Y en cuanto a los tamudeos, les dirigimos, pero prefirieron la ceguera a la
Dirección, y el Rayo del castigo degradante les sorprendió por lo que habían
cometido.
Dirán a su piel: «¿Por qué has atestiguado contra nosotros?» Y ella dirá: «Alá,
Que ha concedido a todos la facultad de hablar, nos la ha concedido a nosotros.
Os ha creado una vez primera y a Él seréis devueltos.
No podíais esconderos tan bien que no pudieran luego atestiguar contra vosotros
vuestros oídos, vuestros ojos y vuestra piel. Creíais que Alá no sabía mucho de
lo que hacíais.
Les hemos asignado compañeros, que han engalanado su estado actual y su estado
futuro. Se ha cumplido en ellos la sentencia que también alcanzó a otras
comunidades de genios y de mortales que les precedieron. Han perdido.
Los infieles dirán: «¡Señor! ¡Muéstranos a los genios y a los mortales que nos
han extraviado y los pondremos bajo nuestros pies para que estén en lo más
profundo!»
A los que hayan dicho: «¡Nuestro Señor es Alá!» y se hayan portado
correctamente, descenderán los ángeles: «¡No temáis ni estéis tristes!
¡Regocijaos, más bien, por el Jardín que se os había prometido!
Entre Sus signos figuran la noche el día, el sol y la luna. ¡No os prosternéis
ante el sol ni ante la luna! ¡Prosternaos ante Alá, Que los ha creado! Si es a
Él a Quien servís...
Ves entre Sus signos que la tierra está seca. Luego, se reanima y reverdece
cuando hacemos llover sobre ella. En verdad, Quien la vivifica puede también,
vivificar a los muertos. Es omnipotente.
Los que niegan Nuestros signos no pueden ocultarse a Nosotros. Qué es mejor:
¿ser arrojado al Fuego o venir en seguridad: el día de la Resurrección? ¡Haced
lo que queráis! Él ve bien lo que hacéis.
Si hubiéramos hecho de ella un Corán no árabe, habrían dicho: «¿Por qué no se
han explicado detalladamente sus aleyas? ¿No árabe y árabe?» Di: «Es dirección y
curación para quienes creen. Quienes, en cambio, no creen son duros de oído y,
ante él, padecen ceguera. Es como si se les llamara desde lejos».
Ya dimos a Moisés la Escritura. Y discreparon acerca de ella. Y, si no llega a
ser por una palabra previa de tu Señor, se habría decidido entre ellos. Dudan
seriamente de ella.
A Él se le remite el conocimiento de la Hora. Ningún fruto deja su cubierta,
ninguna hembra concibe o pare sin que Él lo sepa. Cuando Él les llame: «¿Dónde
están Mis asociados?». dirán: «Te aseguramos que ninguno de nosotros los ha
visto».
Si le hacemos gustar una misericordia venida de Nosotros, luego de haber sufrido
una desgracia, dirá de seguro: «Esto es algo que se me debe. Y no creo que
ocurra la Hora. Pero, si se me devolviera a mi Señor, tendría junto a Él lo
mejor». Ya informaremos a los infieles, sí, de lo que hacían y les haremos
gustar, sí, un duro castigo.
Les mostraremos Nuestros signos fuera y dentro de sí mismos hasta que vean
claramente que es la Verdad. ¿Es que no basta que tu Señor sea testigo de todo?